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El silencio de la nieve; su blanco deslumbrante cobrando vida y centelleo por las llamas parpadeantes. La fragancia buena y limpia es simple y plateada, como la risa despreocupada de un niño, e inocente y dulce como una caricia amorosa. La fogata a gran altura en un glaciar en los Alpes italianos; una fase de un ascenso arduo y aventurero a la cima del monte Cevedale; la emoción de despertar al amanecer en el salvaje e inmenso silencio de los Dolomitas. El aire limpio y fresco, el vigorizante olor fresco de la nieve, el oxígeno embriagador y el olor humedecido del fuego sobre el hielo, todo en el resplandor de las primeras luces del amanecer. Esta fragancia personifica el poder y la belleza únicos de la naturaleza, clara como el cristal en nuestros ojos, corazones y nuestros recuerdos olfativos más íntimos.
